Real Madrid 4-1 Barça: Vinicius tumba al Barça

Fuente: Yasser Bakhsh/Getty Images.
El partido de las estrellas, el Clásico: Real Madrid-Barça, una vez más en Arabia, adonde se dirigen ahora todas las miradas. Las semifinales del torneo ya nos pronosticaban que iba a ser una hermosa final de Supercopa. Ninguno de los técnicos arriesgó demasiado en los onces; Ancelotti apostó por Kepa y Xavi dio entrada a Pedri en el once a pesar de sus molestias. Con las alineaciones confirmadas, el partido ya tenía todos los ingredientes preparados para que la pelota rodase y comenzase la magia.
El encuentro no pudo comenzar de mejor manera para los blancos, un doblete de Vinicius en los minutos 7’ y 10’, alejaban al Madrid en el marcador. El primero vino después de un regate de Vinicius al portero culé, Iñaki Peña, lo que le dejó con la portería vacía. Por su parte, el segundo llegó tras una jugada vertiginosa con un gran pase en profundidad de Carvajal hacia Rodrygo que sólo tuvo que asistir a su amigo brasileño, para que este empujase el balón a la red.
Después de esos primeros compases, el club catalán tuvo que recomponerse y logró recortar distancias en el marcador gracias a un tanto de Lewandowski. El delantero polaco encontró un balón rebotado fuera del área y con una gran bolea lo mandó al fondo de la red. Tras esta acometida del club dirigido por Xavi, el Madrid supo atestar otro golpe letal directo a la moral de su rival como boxeadores en el ring. El equipo blanco colgó un balón al área y Araujo derrumbó a Vinicius en el salto. El árbitro no dudó y señaló la pena máxima a favor de los madridistas. Vinicius cogió el balón y lanzó el penalti con una especie de “paradinha”. La estirada de Iñaki Peña, que adivinó el disparo, nada pudo hacer para evitar el tanto del extremo. El hat-trick estaba consumado y Vinicius se colgó de nuevo el traje de Cristiano para silenciar al Barcelona.
Vinicius, la gran estrella blanca
Tras esto, el partido se marchó al descanso. La reanudación del encuentro no nos trajo más entretenimiento que la primera mitad. Solamente, el Madrid se acercó a la portería del equipo rival, aunque con algunas imprecisiones. Estas intentonas se materializaron a través de Rodrygo, que envió un pase a la red para batir a la defensa del Barça tras cazar un rebote en el área. Con el cuarto gol, las esperanzas de remontada del vigente campeón se desvanecieron y los blancos ya tocaban la gloria con sus dedos.
Por si este resultado fuese poco, Araujo terminó expulsado por segunda amarilla dejando aún más desprotegida la defensa culé. Sin embargo, los ataques de Brahim, que fue un gran revulsivo, o una clara oportunidad para Joao Félix no cambiaron el marcador.
Después de tantos goles y tantas emociones, todo se terminó y el Real Madrid se proclamó nuevamente campeón de la Supercopa de España. La victoria fue indudable y categórica, pocas opciones tuvo el Barça para acariciar la portería del Real Madrid, hoy defendida por Lunin. Nacho fue el encargado de alzar el trofeo al cielo de Riad y se desató la euforia madridista.
Autor: Gonzalo.
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