La maldición del anfitrión
Ha llegado el día. La Eurocopa da el pistoletazo de salida con la anfitriona en el césped. La nueva generación alemana estrena el casillero ante Escocia. Con una profunda restructuración , Alemania espera revertir su peor lustro de la historia. En el escalón de las favoritas, oposita a alzarse con el trofeo y convertirse en la selección más laureada. Las expectativas se encuentran disparas y la maldición del anfitrión persigue a los alemanes.
Desde la creación de la competición en 1960, los anfitriones han vivido un calvario para alzarse con el trofeo. España y Francia han sido los únicos que han conseguido romper las estadísticas. Ambas gestas cumplen aniversario en Alemania. Los hispanos se alzaron con el trofeo en 1964, cuando solo había cuatro participantes y los franceses cerraron el duo con su triunfo en 1984. Hace 40 años que la selección anfitriona no alza los brazos.
En el plano de los mundiales, si tenemos en cuenta la diferencia de campeonatos, la comparación es similar. Cinco selecciones tienen el honor de haber conseguido romper esta barrera. En el plano europeo, se añaden Alemania e Italia, sin embargo, la única que ha conseguido repetir la gesta es Francia. La Eurocopa de 1984 y el Mundial de 1998 avalan los números de los franceses.
Sin éxito en el partido inaugural
El camino hacia el éxito arranca en el partido inaugural y la maldición no escapa de los primeros pasos. Con la ceremonia de inauguración finiquitada, el colegiado hace sonar su silbato y el espectáculo inicia su recorrido. Los nervios y la tensión ensordecen los decibelios y la responsabilidad de la anfitriona aúna en los jugadores. Desde el acuerdo del año 1984, donde el anfitrión inaugura la competición,-si eliminamos la última Eurocopa- dos selecciones lideran la clasificación. Francia por partida doble y Bélgica ha conseguido vencer en el arranque de la competición.
En el lado de los vencidos aparecen selecciones como Alemania, Portugal o Inglaterra. Ninguna de los combinados nacionales fue capaz de romper la maldición. Una maldición que si eliminamos el primer campeonato, refleja una única victoria del combinado anfitrión en el partido inaugural hasta el año 2012. Bélgica es el combinado elegido.
Los precedentes no son halagüeños para la selección alemana y Escocia quiere seguir con la maldición. Los escoses, quienes regresan 26 años más tarde a la cita europea, han conseguido reunir 100.000 aficionados en el país teutón para soñar con la campanada. El espíritu de Grecia ante Portugal potencia a Escocia. Alemania quiere terminar con la maldición y presentar la candidatura oficial al título.
Autor: Luismi Serrano
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