El nuevo Kylian Mbappe
El nuevo Kylian Mbappe, es el resultado de un proceso de adaptación lleno de críticas y de exigencias máximas en su primer año como jugador del Real Madrid. Cuando llegó en 2024, después de tantas temporadas de rumores y fichajes frustrados, las expectativas eran gigantescas. Se le veía como la estrella destinada a marcar época en el Bernabéu. Sin embargo, su estreno no estuvo a la altura de lo que muchos esperaban. Se le señaló por su irregularidad en partidos importantes, por la falta de conexión con Vinícius, Rodrygo y Bellingham, e incluso por un estado físico. Su rendimiento no parecía óptimo para un club donde cada detalle se magnifica. La prensa española fue especialmente dura: cada gol fallado, cada gesto de frustración y cada actuación discreta se convertía en un debate nacional sobre si Mbappé estaba realmente preparado para liderar al Madrid.
Un año después, el panorama ha cambiado. Este inicio de la temporada 2025-26 muestra a un Mbappé renovado. Nos encontramos ante un jugador más libre en lo mental, más fuerte en lo físico y mucho más influyente en lo futbolístico. Él mismo reconoció que la presión lo había bloqueado durante sus primeros meses en Madrid. Un jugador con miedo pero que ahora asegura que juega con más confianza, sin miedo al error y utilizando la exigencia como motor. Su rendimiento en este arranque de curso lo confirma: vuelve a ser decisivo en el área, está entre los máximos goleadores de la liga y, a diferencia del año pasado, aparece en los partidos grandes. Además, ha mejorado la complicidad con la plantilla blanca, convirtiendo al equipo en una máquina ofensiva mucho más coordinada que la que se veía la temporada anterior.

Las críticas sobre su forma física también parecen cosa del pasado. Se le ve más ligero, con mayor capacidad de presión y desmarque. Todo eso le ha permitido marcar la diferencia tanto en velocidad como en resistencia. La mejor respuesta que ha dado a las dudas ha sido sobre el campo: goles importantes, asistencias que muestran una faceta más generosa de su juego y una actitud de mayor responsabilidad cuando el equipo lo necesita. Donde el año pasado se hablaba de adaptación, hoy se habla de impacto inmediato. Donde antes se cuestionaba su liderazgo, ahora se le empieza a reconocer como uno de los referentes del vestuario.
En definitiva, el nuevo Kylian Mbappé es un jugador más maduro, más completo y más consciente del lugar que ocupa. Ha demostrado que sabe transformar las críticas en motivación y que, lejos de hundirse bajo la presión, puede crecer con ella. Queda todavía el reto de la Champions y los clásicos, las pruebas más duras en el calendario madridista, pero su arranque de temporada deja un mensaje claro: Kylian Mbappé ya no es la promesa eterna que se esperaba en Madrid, sino un futbolista decidido a dejar su huella y a liderar con hechos, no con palabras.
