
. ELas victorias frente al Alavés en LaLiga y ante el Talavera en la Copa del Rey han permitido al Real Madrid ganar algo de margen, pero en ningún caso han servido para disipar las dudas. Son triunfos que alivian momentáneamente la presión, aunque no generan verdadera confianza dentro del club. El crédito de Xabi Alonso sigue siendo muy reducido y la preocupación en los despachos no se centra tanto en los resultados aislados, sino en un problema mucho más profundo: el equipo no progresa futbolísticamente y da la sensación de que el proyecto carece de un rumbo claro.
El próximo compromiso liguero ante el Sevilla se presenta como una prueba clave. Tras ese partido, la directiva volverá a sentarse para analizar la situación con detenimiento. El panorama no es nada alentador para el técnico si no se produce una reacción inmediata. En caso de superar el examen ante el conjunto andaluz, la Supercopa de España aparece en el horizonte como una reválida definitiva. Los duelos frente al Atlético de Madrid y el FC Barcelona marcarán el futuro del entrenador, ya que únicamente dos victorias de peso podrían consolidar su continuidad, al menos hasta el final de la temporada.
Es cierto que en las últimas semanas se ha percibido un mayor compromiso por parte de los futbolistas, así como una mejora en la actitud competitiva. Sin embargo, el llamado “plan Xabi” no termina de funcionar. El equipo ha perdido su identidad, no transmite seguridad y afronta los partidos con una fragilidad alarmante. De no haber sido por la decisiva intervención de Lunin en el descuento frente al Talavera. El escenario actual podría haber derivado ya en una destitución.
Dentro del club existe la sensación de que Xabi Alonso ha ido perdiendo la autoridad y la fuerza con la que aterrizó en el banquillo el pasado mes de mayo. Hoy, su figura parece diluida. Da la impresión de que el Real Madrid hubiera cambiado de entrenador sin hacerlo realmente. No se reconoce al técnico ambicioso y con personalidad que se esperaba. Sino a uno que camina sobre una cuerda floja, intentando mantener el equilibrio con el vestuario y sin una identidad futbolística clara.
Todo ello está estrechamente ligado al momento competitivo del equipo, especialmente en LaLiga. El Madrid acumula semanas irregulares, resultados decepcionantes y se encuentra a cuatro puntos del liderato, con una sensación constante de vulnerabilidad. La crisis es de juego, de confianza y ha ido erosionando el proyecto en todas sus áreas, con Xabi Alonso como principal foco de desgaste.
Autor: Iván.
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