Un verano movido para el Manchester United

El Manchester United viene de firmar una de las peores temporadas de su historia. Con la llegada de Rúben Amorim, se espera un verano lleno de cambios para revertir la situación.

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Un año para olvidar
Los Red Devils han protagonizado una temporada desastrosa: 14º en liga (su peor clasificación desde la creación de la Premier League) y derrota en la final de la Europa League ante el Tottenham de Ange Postecoglou.

Las sensaciones han sido pésimas, y la dirección deportiva no ha estado a la altura. El United comenzó la temporada con Erik ten Hag al mando tras conquistar la FA Cup, pero a finales de 2024 fue destituido. En su lugar llegó el joven entrenador portugués Rúben Amorim. Con él, los ánimos en Old Trafford se reactivaron, e incluso se vivieron buenos partidos en casa.

Además, INEOS —nuevos responsables del área deportiva— incorporó como director deportivo a Dan Ashworth, una figura reconocida en Inglaterra, por quien pagaron 15 millones de libras. Sin embargo, su etapa solo duró cinco meses.

Ilusiones rotas
La entrada de INEOS generó una ola de ilusión en la afición, pero esa esperanza se evaporó en cuestión de meses. Cambios de discurso, decisiones deportivas incoherentes y fichajes de bajo rendimiento.

Uno de los casos más sonados fue el de Rasmus Højlund, fichado por 80 millones de euros tras marcar solo 9 goles en la Serie A. Dos temporadas después, aún no ha alcanzado los 15 tantos con el United, y su rendimiento en la 2024/25 ha sido decepcionante.

Reconstrucción real, desde cero
El United debe iniciar una reconstrucción profunda y real. El mayor problema no son los fichajes, sino las ventas urgentes: gran parte de la plantilla no tiene nivel para aspirar a títulos, y su bajo rendimiento ha devaluado su precio en el mercado.

De momento, el club ha hecho oficial la compra de Matheus Cunha por 70 millones de euros. El brasileño supone un salto de calidad en la delantera, y encaja a la perfección en lo que Amorim pide: un delantero móvil, con juego de espaldas, toque preciso y una magia especial. Falta ver cómo le afecta el entorno convulso del club, pero es una incorporación que genera optimismo entre los aficionados.

Amorim como jefe de obra
Uno de los grandes errores del United de ten Hag fue la falta total de identidad. Un equipo sin alma, sin rumbo, y con un técnico más centrado en justificar decisiones polémicas que en construir juego.

Con Rúben Amorim, el club puede cambiar el rumbo. A su edad, ya ha demostrado en el Sporting de Lisboa que está capacitado para ser uno de los grandes entrenadores del panorama europeo.

Por eso, debe tener las llaves del proyecto: decidir salidas, fichajes y estilo de juego. Los Red Devils necesitan un líder con carácter, capaz de transmitir seguridad cuando lleguen los (inevitables) baches. Su fútbol vertical, dinámico y ofensivo puede encajar en Old Trafford… siempre que haya unidad entre afición, directiva y vestuario, algo que parece más fácil de decir que de lograr.

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