La táctica de Xabi Alonso para destruir al Barça
La nueva táctica para que el Real Madrid vuelva a la gloria (Photo by Angel Martinez/Getty Images)
El Real Madrid desactiva al Barça con una lección táctica de Xabi Alonso
“Con y sin balón hemos estado muy bien. Supimos cuándo presionar arriba y cuándo replegarnos. El equipo apenas sufrió y concedimos muy poco”. Las declaraciones de Dani Carvajal tras la victoria ante el Barcelona en el Bernabéu resumen perfectamente el desarrollo del primer Clásico de la temporada. Lo que parecía una tarea imposible —tras haber encajado 16 goles en los cuatro duelos anteriores— se convirtió en una realidad gracias al plan magistral de Xabi Alonso, que logró anular por completo el juego ofensivo del equipo de Hansi Flick. El Barça descubrió así que este Real Madrid es otro, y que si quiere competir, deberá replantearse muchas cosas.
El conjunto azulgrana se mostró irreconocible: sin ideas, sin profundidad y totalmente desbordado por la estructura blanca. El dominio inicial dio paso a la confusión más absoluta ante el planteamiento de Alonso, que firmó su primera gran victoria como entrenador del Madrid. “Este partido era importante por lo que significa a nivel anímico y por la trascendencia del resultado. Nos servirá para crecer. He visto disfrutar a los jugadores y al estadio”, reconoció el técnico tolosarra tras el encuentro.
Un Barça sin rumbo y sin recursos
El Barcelona apenas generó dos ocasiones de peligro en todo el partido: el gol aprovechando un error de Arda Güler en la salida de balón y una oportunidad clara que Koundé no supo concretar. Lamine Yamal, muy lejos de su nivel habitual, fue completamente controlado por Carreras, y los de Flick se quedaron sin individualidades capaces de cambiar el rumbo del choque. El dato lo dice todo: un gol con apenas 1,03 de xG, frente a los 3,64 del Madrid, evidencia la diferencia entre ambos. El equipo culé naufragó sobre el césped sin encontrar alternativas tácticas para responder a la nueva disposición blanca.
La revolución blanca: Camavinga
El punto de inflexión llegó con la entrada de Eduardo Camavinga, pieza clave en el engranaje ideado por Xabi Alonso. Desde ese momento, la ocupación de los espacios se volvió perfecta, y el Madrid consiguió neutralizar la famosa “caja” del Barça —la estructura con la que los azulgranas buscaban superioridad en el centro del campo con Pedri y De Jong como ejes, y los apoyos de Fermín y Rashford. Alonso igualó el número de hombres en la medular y estableció marcas individuales que destruyeron la fluidez habitual del Barça.
Cada intento de asociación blaugrana encontraba un rival encima. Camavinga presionaba el inicio rival, mientras Bellingham seguía de cerca los movimientos interiores de Rashford. Así, cualquier intento de progresar por dentro acababa frustrado. Lo que antes era una de las armas más letales del Barcelona se convirtió en un sistema inoperante, víctima de la precisión táctica del entrenador madridista.
Antes del encuentro, Alonso ya había anticipado su filosofía: “Lo más importante somos nosotros: nuestra calidad y nuestra fortaleza. Luego vienen los pequeños ajustes de partido, con y sin balón. Hay que estar juntos, controlar los momentos de presión y las distancias”. Dicho y hecho. Su planteamiento, tan disciplinado como flexible, logró neutralizar la posesión y la superioridad habitual del Barça, en un partido donde cada detalle contó.
A pesar del marcador ajustado, el resultado pudo ser más abultado. Szczęsny, con varias intervenciones decisivas —incluido un penalti—, evitó una goleada mayor, sumando 2,44 goles evitados. “La victoria es totalmente merecida… y quizá hasta corta”, sentenció Carvajal tras un Clásico que confirmó el nuevo poder táctico del Real Madrid.
Autor: Iván.
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