Atlético de Madrid 4-2 Real Madrid: El Atlético nunca deja de creer

Fuente: David Ramos/Getty Images.
Ambiente espectacular en la previa de este nuevo encuentro copero entre Atlético de Madrid y Real Madrid. Se repetía el derbi tan sólo una semana después del enfrentamiento en Arabia Saudí. Aquel partido se terminó saldando en la prórroga con un 5-3 a favor de los blancos. Por lo que este nuevo enfrentamiento entre Real Madrid y Atlético de Madrid prometía emoción causando una gran expectación en el mundo del fútbol.
El partido comenzaba con sorpresas. El técnico del Madrid, Carlo Ancelotti sorprendió alineando a Modric y Camavinga en lugar de Tchouaméni y Toni Kroos. Rotaba en busca de alinear a jugadores con menos minutos y más descansados ante un equipo rojiblanco que les iba a presentar un partido muy físico y trabajoso. Por su parte, el entrenador del Atlético de Madrid, el Cholo Simeone utilizó a los once esperados aprovechando que habían disfrutado de más de días de descanso.
El inicio estuvo marcado por la intensidad que presentaron ambos equipos desde el primer minuto. Entre los dos, fue el equipo blanco quienes más batalla presentaron. Sin embargo, el primer gol llegaría de parte de los colchoneros. Tras una gran combinación entre los locales, colgaba un balón al área que Rüdiger iba a despejar con tan mala suerte que el balón iba a caer en los pies de Samuel Lino quien tan sólo tendría que empujar el balón a la red.
La igualada llegó al filo del descanso, un error en la salida del guardameta Oblak provocaría que éste mismo se terminase metiendo el balón en su propia portería. Era la mejor noticia para un Real Madrid que veía igualado el marcador antes de llegar al medio tiempo. En la segunda parte, con los nervios a flor de piel, aprovecharía Morata un error clamoroso e impropio de un portero de élite. El cancerbero ucraniano dejaba suelto un balón suelto en el área que, por fortuna o falta de ella, iba a rebotar en Rüdiger y quedaba a placer para el exdelantero del Real Madrid. El partido marcado por dos errores garrafales de porteros a los que se les supone ser de talla mundial.

El Madrid se puso las pilas y Ancelotti introdujo en el campo a Tchouaméni y Kroos, el paradigma del encuentro cambió por completo. Ni el gran empuje de la grada colchonera pudo frenar el tsunami que fue el Real Madrid. Primero, en los pies de Rodrygo que se encontró con el larguero y posteriormente, con mejor fortuna, Joselu enviaba el balón al fondo de la red tras un espectacular Bellingham en estado de éxtasis. Para euforia descontrolada de los madridistas, el delantero español igualó el marcador y volvió a enviar el partido a la prórroga. Los minutos finales fueron de un juego intenso, atrevido y vistoso a los ojos de los espectadores. Todo un derroche de fútbol.
Llegamos a la prórroga y el partido no bajó ni una coma en su intensidad. Los envites de cada equipo eran puñaladas en la moral del rival que tenía que recorrer todo el campo para defender. El gol decisivo iba a llegar provocado por otro error individual. Vinicius perdía el balón en campo propio y no era capaz de defender a Griezmann que lo hacía todo bien y golpeaba el balón con fuerza donde Lunin no podía detenerlo. La grada no cabía en sí de la emoción y el público llevaba en volandas a su equipo hacia la victoria. Hubo de todo en la prórroga, ocasiones, paradas, incluso un gol anulado a Ceballos, pero nada les sirvió a los visitantes para lograr el ansiado empate. Tras una gran contra rojiblanca, Riquelme finalizó a las mil maravillas para batir a Lunin.
Al final, victoria rojiblanca y venganza por la Supercopa ante un Real Madrid que supo morir de pie. Un auténtico partidazo de un tremendo desgaste físico, se lo llevó el Atlético que nunca dejó de creer.
Autor: Gonzalo.
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